EL ÉXODO ANCASHINO

Terrible historia, que inician centenares de familias ancashinas, al emprender una caminata desde esa gran manzana Lima, con dirección a sus lugares de origen. Las provincias de Ancash. Así como un día fueron e busca de un sueño, ahora retornan empujados por la situación apocalíptica en que viven.

Son familias del Callejón de Huaylas y Zona de los Conchucos, pese a las recomendaciones de orden sanitaria, tomaron la drástica decisión de empacar maletas e iniciar la caminata, ante el inclemente sol, las condiciones adversas y carencias de alimentos. Parecen estar decididos a todo.


Hay menores de edad, caminan de la mano con sus padres. También adultos, varones, mujeres y algunos convalecientes.
Buscan llegar al norte chico y de allí, emprender nueva caminata. En su recorrido, claman ayuda del gobierno regional y municipalidades, para que, en estricto cumplimiento de los protocolos sanitarios, puedan llegar a sus destinos.

¿Ante ello, cuál debe ser la respuesta nuestra?

El ente llamado para acogerlos y trasladarlos, en medio de los protocolos del COVID-19 es el gobierno regional con su titular Juan Carlos Morillo, para ello, hay la necesidad de establecer mecanismo de coordinación, entre la prefectura regional, alcaldes provinciales, consejeros regionales e inclusive empresarios privados, para garantizar un traslado humanitario.

Conducirlos a sus destinos sí es posible, pero alguien tiene que liderarlo, los indicado son el gobernador, vice gobernador y el consejo regional, como entes de enlace. Estas coordinaciones, deben hacerse inmediatamente sin pérdida de tiempo. Otra prueba de fuego para quien buscó ser el gobernante regional.