El Tema parecía intrascendente, pero conforme avanzan los días, adquiere connotaciones que es preciso abordarlas. Fue uno de los puntos de agenda en la reciente sesión de concejo, lo que motivó fuegos cruzados y picotazos entre el alcalde y los regidores, incluido el primer regidor Aníbal Romero.
Tiene relación directa con la cuestionada asesora del despacho de alcaldía Rocío Angeles Vargas. Su presencia en el entorno directo, le viene trayendo más de un dolor de cabeza al alcalde Rori Mautino, pero, en lugar de solucionar el tema y calmar las aguas, lo agudiza. Nadie lo entiende.
Esta posición terca e inflexible, se hizo evidente en la reciente sesión de concejo, cuando se debió atender las observaciones de OCI, ente que observó la irregular contratación de la joven asesora, en el despacho de alcaldía. Para el alcalde Rori Mautino, el tema se soluciona con el cambio del TDR (Términos de referencia) y listo. En la administración pública no es así.
Eso puede hacerlo en su empresa, pero no en la Municipalidad de Huaraz.
¿Por qué tanto empeño en tenerla cerca al despacho de alcaldía? ¿Su labor es tan importante e imprescindible? ¿Será consciente que ello le viene trayendo problemas inclusive en las relaciones con su concejo municipal?.
Cada quien es dueño de sus actos, pero cuando está en juego la administración municipal, comienza a preocupar.
Desde que surgió la figura de esta jovencita, como “evaluadora de proyectos” (dicho por el mismo alcalde) y luego como su asesora, parece que todo cambió, pero negativamente. Ningún alcalde –que recordemos- tuvo una asesora personal que le haya ocasionado tantos problemas, ante la población y lo más grave, en el interno.
Varios regidores le han advertido que defender ardorosamente lo indefendible el cargo de su asesora, solo erosionará su imagen, pero no hay respuesta de enmienda.
Una cosa es la administración pública y otra, muy distinta la empresa privada. Vamos acabando el primer año de su gestión, pero al parecer, no logra entender esta diferencia.
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