Surge ante nuestra vista, dos momentos del que fue actor principal, el ex presidente Alejandro Toledo; liderando la marcha de los 4 Suyos hace 24 años luego del fraude fujimorista y, la imagen de ayer, con la mirada devastada al fiscal Domingo Pérez su inquisidor, tras conocerse la sentencia.
Esta reflexión, no tiene el objetivo de analizar el contenido de la sentencia, tampoco hacer leña del árbol caido.
No terminamos de entender, cómo un exitoso profesional, catedrático formado en Estados Unidos, ex presidente, conferencista internacional, puede protagonizar los momentos más aciagos, en soledad, ausentes sus amigos, sobre todo, las amistades circunstanciales por la política partidaria. En Huaraz y Ancash hay muchos (No respondieron nuestras llamadas y en otros casos se excusaron).
El mensaje queda ahí, flotando como una flor, esperando que alguien los coja y lleve a la práxis.
Los cargos políticos o de confianza, son meramemte golondrinos, la vida misma es pasajera.
Quienes asumen grandes responsabilidades, deben entender que, ser alcalde, gobernador, congresista o funcionario público, etc. son finalmente, «servidores públicos».
El primer «servidor público» de un país, qué duda cabe, es el presidente de la nación, como tal, debe entregarse en cuerpo y alma al don de servicio a su población.
Quien no entiende esa filosofía de vida, terminará como muchos alcaldes, gobernadores, policías, funcionarios etc. -y ahora ex presidente-, viendo los barrotes de una prisión, por el resto de sus vidas..
(Nota: Las fotografías que mostramos, corresponden a los agitados días de campaña 2001, cuando la zona sierra de Ancash lo apoyó cerradamente al 100%, pero, luego de su elección, nunca más volvió a pisar suelo huarasino).
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